martes, 1 de enero de 2013

El primer día

Abrí los ojos alrededor de las 10 de la mañana, los había cerrado cerca de las 5 así que, acurrucándome a él, volví a dormir. Despertamos juntos pasado el mediodía. Dejamos la cama, comimos algo de fruta y nos besamos. Otra vez. Vimos caricaturas mientras no nos quitábamos las manos de encima. Nos miramos mucho, como sin creernos.

Sonó el teléfono, era la abuela, la felicitamos y nos felicitó, doble. Recogí la mesa y ordené la cocina mientras él se alistaba para ir al trabajo. Volvimos al sofá y no queríamos soltarnos. Llegó la hora de la comida y buscamos en el refri lo que un día antes juntos habíamos preparado. Nos felicitamos otra vez. Hablamos hasta que nos dimos cuenta que era tarde, se levantó a prisa, lo seguí a la puerta y con un beso lo despedí.

Limpié la mesa y me preparé un té. Tomé uno de los chocolates de la mesa y descubrí el maratón de Friends. Vi la tele un rato, hice ejercicio y seguí con mis labores de casa. Cambié los muebles de lugar, le dejé una nota escondida y pensé que unas sillas blancas le vendrían bien a la mesa. Tomé un baño y llamé a mis padres. Me llevé la computadora a la cama, encendí el maratón de Friends y me dio por escribir. 

Me dio por contar lo que hice, lo que hago, el primer día del primer mes del año. Así lo inicio. Y lo inicio feliz en una nueva ciudad. Sí, extrañando a mis padres, a mis hermanos y a mi Tijuana, pero volando. Lo inicio con el amor de mi vida. Inicio este año llena de sueños cumplidos y por cumplir. Empiezo el año dejándome guiar; empiezo el año enamorada, con el corazón dispuesto y la ventaba abierta.

Aún me quedan un par de horas del primer día, sigo en la cama, echándole un vistazo a la tele y escribiendo. Esperando que sea casi la hora de su llegada y preparar la cena. Sabiendo que terminaré el primer día del primer mes del año como lo inicié: Amándolo. Un poquito más.