Después, lo que haré en mi próxima vida, será pensar dos veces antes de comprar un carro. Mejor es caminar.
También, en mi próxima vida, voy a pensármelo antes de escoger carrera. Quizá esperaré uno o dos años antes de entrar a la universidad. Trabajaré, en lo que sea, sólo por saber, por saberme, aunque sea un poquito.
No seré cautelosa, ni discreta. Mucho menos tímida. Si lo quiero se lo diré, aún más, se lo gritaré. No me importará el rechazo, me importará que se lo dije antes de irse.
Y seré deportista. No, mejor bailarina. Le haré caso a mi madre y continuaré en el ballet. Iniciaré desde pequeñita.
En mi próxima vida también leeré más, más que ahora. Y hablaré menos, menos que ahora.
No seré débil en la vida que sigue. No pensaré tanto. Ni tendré miedo. Dejaré a mis impulsos actuar, total, cautelosa o no, siempre me pierdo.
Cuando esté en mi próxima vida no me preocuparé porque son las dos de la mañana y tengo que dormir. Es más, no dormiré.
Tampoco me peinaré. Así, como en esta vida. Y no dejaré de soñar despierta. Soñaré siempre, aunque muera de sueños. Soñaré que sueño. Y seré música. Siempre música, en esa otra vida.
Allá, en mi próxima vida, me aseguraré de tener una próxima vida.
También, en mi próxima vida, voy a pensármelo antes de escoger carrera. Quizá esperaré uno o dos años antes de entrar a la universidad. Trabajaré, en lo que sea, sólo por saber, por saberme, aunque sea un poquito.
No seré cautelosa, ni discreta. Mucho menos tímida. Si lo quiero se lo diré, aún más, se lo gritaré. No me importará el rechazo, me importará que se lo dije antes de irse.
Y seré deportista. No, mejor bailarina. Le haré caso a mi madre y continuaré en el ballet. Iniciaré desde pequeñita.
En mi próxima vida también leeré más, más que ahora. Y hablaré menos, menos que ahora.
No seré débil en la vida que sigue. No pensaré tanto. Ni tendré miedo. Dejaré a mis impulsos actuar, total, cautelosa o no, siempre me pierdo.
Cuando esté en mi próxima vida no me preocuparé porque son las dos de la mañana y tengo que dormir. Es más, no dormiré.
Tampoco me peinaré. Así, como en esta vida. Y no dejaré de soñar despierta. Soñaré siempre, aunque muera de sueños. Soñaré que sueño. Y seré música. Siempre música, en esa otra vida.
Allá, en mi próxima vida, me aseguraré de tener una próxima vida.
Enorme, como siempre, D. El final es perfecto.
ResponderEliminarAy, C., muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. :)
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