viernes, 4 de febrero de 2011

Frío

¿Alguna vez han renunciado a algo porque es lo mejor? Yo sí. Y me arrepiento.

No sé de dónde diablos saqué la idea de que eso era lo mejor. No, sí sé. Pensé en él, en lo que podría ser mejor para él. Ni siquiera se lo consulté. Yo decidí que yo no era para él, que él merecía... otra cosa. ¿Qué exactamente? No lo sé, pero al menos yo no. Un hombre tan maravilloso como él no podía quedarse conmigo. Sí, bienvenido, autosabotaje.

Y fue cuestión de una noche. Una noche pudo hacer la diferencia. Una noche en la que dije "no". Una noche en la que mirándome fijamente dijo "está bien". Y claro, se marchó. ¿Qué otra cosa haría? Pero entonces hay noches
—como esta— en las que su idea no deja de rondarme la cabeza. Noches en las que verlo, hablarle y tocarlo me hacen pensar: "Qué demonios estaba pensando". Estaba pensando en él. Grandiosa idea la mía.

El problema ahora es que quiero retractarme. Sí, quiero decir sí. Quiero estar cerca de él, con él, en él. Exacto, demasiado tarde. ¿Acaso pensaba yo que la vida era un dulce? Já. Otra vez se burla de mí, en mi cara. Se divierte. Y me mira aquí sentada, con frío, sin él. Otra vez.

Y es que, al final, es nada. Es sólo un pretexto para escribir, sólo una distracción de mis clases, sólo ganas de sentirme amada.

Es, sólo frío. ¿Qué más?



1 comentario:

  1. Gracias realmente por sacudirme con tu texto y confirmarme que me arrepentí a tiempo.

    ResponderEliminar