jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Vienes?

Desde lejos la saludó. Ella ya lo había visto. La sonrisa en su rostro y el salto en su pecho le avisaron casi al mismo tiempo que sus ojos. Emocionada, agradecía el haber llegado temprano esta vez y verlo, hablar, aunque sólo fuera algunos minutos.

Sonriente, nerviosa, palpitante, siguió caminando. Él la miraba, la esperaba, le sonreía mientras abría los brazos. Sus pasos se apresuraban casi al ritmo de sus latidos. Llevaba esa sonrisa amplia, franca, amorosa, esa sonrisa que sólo era para él.

Por fin llegó. Lo abrazó, le besó la mejilla, entregándole en ese beso un poquito del amor que por sus poros escapaba. Él también la abrazó, la besó, le sonrió y le dijo:

-Mañana es cumpleaños de mi novia, ¿vienes?

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